lunes, abril 25, 2016

Editorial EDP University publica segunda edición de Carnaval de sangre, de la escritora Ana María Fuster Lavín


Editorial EDP University publica segunda edición 
de Carnaval de sangre
de la escritora Ana María Fuster Lavín

San Juan, Puerto Rico.- Se anuncia el lanzamiento de la segunda edición del libro Carnaval de Sangre, de la escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín, luego del éxito de la novela (In)Somnio (Ed. Isla Negra, 2012).  Esta colección de microcuentos, cuentos cortos ha sido publicada por la Editorial EDP University, y su editor el profesor Edgardo Machuca. El emprendedor y visionario profesor Machuca, ha solidificado en poco tiempo este proyecto editorial, pues ya cuenta con publicaciones de distinguidos autores puertorriqueños como Fuster Lavín, Yolanda Arroyo, Alexandra Pagán, Yvonne Denis Rosario y Cindy Jiménez, entre otros.

La primera edición del libro de ficciones breves de Fuster Lavín se agotó en menos de cuatro meses, luego de ser presentada en el 2015 Festival de la Palabra, la Universidad de Puerto Rico en sus recintos de Aguadilla y Mayagüez; además se presentó en el famoso local La fábrica contemporánea en Santo Domingo República Dominicana.
De acuerdo con el escritor y profesor universitario Dr. Emilio del Carril, Carnaval de sangre  “con un marcado acento poético que la distancia de otros microcuentistas, y un libro integral finamente redactado y conceptualizado, Ana María Fuster nos empuja hacia una comparsa en la que las máscaras sobran y los instintos se apoderan de nuestra voluntad para hacernos esclavos de nuestra inconsciencia.”.
A su vez, el reconocido escritor puertorriqueño Edgardo Sanabria Santaliz comentó sobre esta publicación: “libro onírico e hiperrealista, hijo de Poe, Sábato, Sade y otros muchos. … Tanta sangre y puñaladas y gemidos en este carnaval de amor, búsqueda del amor, hallazgo del amor, encubrimiento y descubrimiento del amor, disfraces del amor, saberes e ignorancias del amor, añoranzas y repudios del amor, carnosidades y fantasmagorías del amor, encuentros, desencuentros, metamorfosis, maullidos y muñecas. Ciertamente es una voz de lo insomne que es la vida cuando logramos dormirnos en el lecho de la escritura que nos da vida o nos mata”.

Esta segunda edición fue presentada el 20 de abril en la UMET de Bayamón y el miércoles 17 de mayo de 2016 a las 12:30pm será presentada en el teatro de la Universidad de Puerto Rico en Carolina, las palabras estarán a cargo del profesor Dr. Ricardo Rodríguez, con un conversatorio al que se unirá el editor Edgardo Machuca.
Carnaval de sangre se estará presentando durante el mes de junio en la librería El Candil, en Ponce.
Ana María Fuster Lavín nació en San Juan, Puerto Rico, en 1967. Es narradora, poeta, corresponsal de prensa cultural, además de columnista en distintos ciberperiódicos. Sus textos han sido publicados en prensa, revistas y antologías nacionales e internacionales. Así como traducidos al inglés, francés, portugués e italiano.
Entre sus libros publicados se destacan: Verdades caprichosas (2002, cuentos, premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña); Réquiem (2005, novela cuentada, premiada por el PEN Club de Puerto Rico); El libro de las sombras (2006, poemario, premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña); Leyendas de misterio (2006, cuentos infantiles); Bocetos de una ciudad silente (2007, cuentos); El cuerpo del delito (2009, poemario); El Eróscopo: daños colaterales de la poesía (2010, poemario), Tras la sombra de la Luna (2011, poesía), e (In)Somnio, novela cuentada. 
Publicará próximamente la novela bajo el sello editorial Isla Negra, además de dos poemarios (con ediciones Aguadulce y Ed. Edp, respectivamente). Escribe también en su blog, Silencios de papel en  http://bocetosdeselene.blogspot.com




Algunos relatos de Carnaval de Sangre:

Fuga de voces

A veces las voces nos hacen travesuras. Por ejemplo, una noche, ellas pintaron espejos en las manos de una mujer. Afortunadamente, esta despertó a tiempo, aplaudiendo tan fuerte que una de las voces quedó incrustada en el espejo. La voz logró liberarse al otro lado. A la noche siguiente, agarró a la mujer y la llevó consigo: donde su derecha es la siniestra y el horizonte es el aquí. Al despertar, observa a su otra ella en la pared, que aterrorizada mira hacia la recámara que se repite una y otra vez. Pasan los días y observa a todas sus ellas en sus recámaras. Habla bajito, mas el eco se torna insoportable, escuchándose en susurros atemorizadores. A la semana, ya desesperada, comienza a gritar tan y tan fuerte que su voz finalmente choca contra el espejo y lo rompe. Solo así pudo fugarse de la maldad de su voz, quedando libre, pero muda.


Ana María Fuster Lavín

Gol

Juan Claudio Morales Villa, frente a la portería. El portero tiembla. El árbitro juega con el pito. Juan se persigna y le pide a Dios que haga justicia. Recuerda que preñó a su prima. Los medios de comunicación locales califican a Morales Villa como una de las grandes promesas del fútbol boricua. Frente al portero sonríe, los reclutadores del Barsa están en las gradas; tienen un jugoso contrato que firmarán con Juan Claudio Morales Villa al terminar el partido. Juan mira al cielo y espera que su novia lo perdone por también haberse tirado a su hermanita. Sus padres han hipotecado la casa, empeñado prendas y hasta vendido el perro, para enviar a su hijo a los mejores campamentos del deporte en Italia, España, Brasil y Alemania. Recuerda la cara de aquel niño y su gatito, a los que atropelló borracho con la motora de su vecino; a quien sentenciaron a tres años de cárcel, de la cual el pobre hombre acaba de salir. Juan Claudio besa su crucifijo y sonríe al portero. El árbitro está a punto de colocarse el pito en la boca. “Diosito, ayúdame en esta y no la volveré a joder”, suplica el futbolista. Los comentaristas, los reclutadores, su prima, su novia y hasta el vecino están pendientes del momento que llevará al primer futbolista puertorriqueño a la gloria. La legislatura multipartidista lo homenajeó la semana anterior por ser un ejemplo para la juventud isleña. El portero brinca en la portería. El árbitro suena el pito. “¡Diosito, ahí voy!”, grita la próxima gloria del fútbol caribeño. Juan Claudio Morales Villa tira el penalti a lo Panenka. En ese preciso instante cae un rayo inmenso, que deslumbra a los asistentes, justo sobre Juan Claudio Morales Villa. El futbolista cae achicharrado, humeante, entre sus propios orines y un inmenso vómito de sangre. Todos: sus padres, el público, sus compañeros de la banca, su novia y su hermana, la prima embarazada de cinco meses y hasta el vecino, aplauden sonrientes y gritan: ¡GOL!


Ana María Fuster Lavín

La biblioteca de las voces perdidas

A Pabsi Livmar
Te observas con dificultad. Eres una voz perdida en la biblioteca. Recorres sus anaqueles. No encuentras el antídoto. Te percatas de que no puedes recordar lo que nunca sucedió. Todas las voces, su voz, la tuya. Tu eco se difumina entre las páginas que nunca leíste. Debes leerlas, pues las leídas te impregnan de una búsqueda que solo tus manos pueden encontrar. Abres otro libro y los susurros te llevan a otro, otro, otro y todos, el mismo. Te das cuenta de que te has cansado de enfrentar a la estulticia, de querer ver lo que no es, de dar oportunidades a monólogos sordos. Sílabas que no forman lexemas. Cada morfema inútil te desgarra el camino. Cada letra que sobra te absorbe la sangre. Decides luchar. Te colmas de palabras, las descubres, las besas, las pares. En ese momento, chocas contra un laberinto de cristales en los que se refleja un silencio ensordecedor. Despiertas. Te observas nuevamente. Te escuchas. Escribes.


Ana María Fuster Lavín


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